Agricultura
En el detrimento de abandono en esta zona montañosa al sureste de Galicia, las actividades económicas se basan en el sector de la Agricultura y Ganadería. Siendo la explotación metódica de los suelos y del ganado, en gran parte consumidos más o menos directamente para subsistencia.
La aparición de la agricultura supuso en la humanidad el crecimiento de la producción de sus cosechas y ganado. Los agricultores tradicionales, o paleo-técnicos en este sector montañoso, utilizaban el esfuerzo humano o animal para el desarrollo de las grandes tareas agrícolas de labranza y recolección.
El sistema de rotación de cultivos se desarrolló en muchas regiones de Europa, principalmente en las más templadas. Como su nombre indica, se basa en la rotación o alternancia de cosechas, pasando por un breve plazo de barbecho para la oxigenación de la tierra.
El empleo de abono animal evolucionó gradualmente a partir de finales de la prehistoria al utilizar el estiércol de los animales en las tierras de labranza, consiguiendo así mejores frutos. Esto supuso la principal característica de la incorporación de animales domésticos, especialmente vacas y caballos, como animales de tiro y suministradores de carne y leche para el consumo humano.
La producción de cultivos se centró en el centeno, la cebada, las patatas, el maíz, legumbres, diversas hortalizas, la vid y las castañas. Algo aislado fue el tabaco, tan solo cultivado por dos vecinos. El lino fue un cultivo muy importante en el pueblo al ser empleado en los telares como producto para confeccionar prendas de vestir o de hogar como sábanas, colchas, alforjas, etc. También fue muy medicinal como remedio casero.
Para obtener el desarrollo de estos cultivos, el instrumento clasificado a emplear para la roturación de la tierra fue el arado romano, arrastrado por bueyes o caballos. El arado, excepto la reja que es de hierro, está construido artesanalmente en su totalidad en madera de fresno o castaño por los propios carpinteros del lugar, o ocasionalmente, por los propios labriegos hábiles en el manejo del hacha, acostumbrados a utilizarla en poda de árboles o corta de leña. La estructura del arado consiste en cuatro partes desmontables: Esteva (Ravela), Timón (Tamón), Orejeras (Aviacas), Reja (Rella). Las cuatro partes van ensambladas formando un solo conjunto. El timón de una sola piez, va ensamblado a la parte trasera de la esteva. Las aviacas, encargadas de abrir la tierra a los lados del arado, van ensambladas a la esteva con regulación de apertura. La reja va en el extremo inferior de la esteva, con punta fina para profundizar en la tierra. Hay una quinta pieza más pequeña, pero no deja de tener relevancia dentro del arado. Esta pieza es el clavo regulador de profundidad que une la esteva y el timón por la gargantilla. El timón en el extremo de rastra, va atado de una manera especial sin nudos al yugo de la pareja de animales en su misión de tiro. El atado se hace con una correa ancha y gruesa de cuero vacuno (Tamoeiro).
Por el año 1933 comenzó a incorporarse un nuevo arado, tipo de vertedera de hierro (charrua), cuya procedencia viene de Portugal. Es un combinado de hierro y madera. Hierro en la parte de atrás, la que va roturando y volteando la tierra. La parte delantera va atornillada a la estructura de hierro. Es de madera y tiene una rueda delantera de hierro que hace de guía del arado, a la vez que es reguladora de profundidad de arar. En la parte frontal tiene una argolla donde enganchar un timón (Tamoncela), que une el arado con el yugo de tiro. Este tipo de arado vertedera vino a dar una respuesta de mejoras en la roturación de la tierra, viéndose mejores cultivos al estar el manto de la tierra mejor oxigenado, para el desarrollo de os frutos de la tierra.
A la labranza de la tierra hay que añadir otro apero más, que es la Grada (Agrade). Este apero surge de la necesidad de triturar los terrones que levantan los arados cuando roturan la tierra. La grada consiste su construcción en madera de fresno (Afreixo), o de álamo negro (Negrillo). Basada en dos cuadradillos rectangulares con dos traviesas transversales ensambladas, formando un cuadro rectangular. En la parte que va arrastrándose por el suelo va llena de cuchillas de hierro, ensambladas por los herreros en la madera. En la parte delantera lleva una argolla donde se conecta con el timón de tiro (Tamoncela).
Los carros en esta zona son más bien típicos portugueses del Norte. Siendo en su totalidad diferentes a los de Galicia. Su construcción está basada en dos tipos de madera diferente: fresno (Afreixo) y Álamo Negro (Negrillo). Para su construcción colaboran distintos artesanos del pueblo. Los carpinteros y los herreros los primeros, que son los que trabajan las ruedas en madera de fresno, de tres piezas circulares ensambladas, con tres orificios, dos de forma circular a cada lado de la rueda y uno cuadrado en la pieza central que es más gruesa que las que la emparejan. Ahí es donde va conectado el buje que sobresale unos 5 centímetros de lo perpendicular de la rueda. El buje o eje también es de fresno una vez finalizado el trabajo de las ruedas o Rodeiro, interviene el herrero, en colaboración con el carpintero, llevan las ruedas a una base de piedra de granito circular, del diámetro de las ruedas de donde proceden a herrar las mimas con una lámina e hierro de 3 centímetros de grosor, y el ancho de las ruedas unos 8 centímetros, calentando las láminas con una lumbre consistente de cepas de verezo (Torgo).